miércoles, 18 de abril de 2018


Y el amor por siempre será eso:
un par de rotos huesos
por miedo del alma a quebrar;
eligiendo los sesos
antes que los propios sentimientos
para así no llorar. 

lunes, 16 de abril de 2018

Y era ese juego de querer demostrar,
que uno no siempre puede estar,
a la altura del otro;
sintiendo ese alboroto,
ese momento roto
donde todo se volvía a ordenar,
para poder empezar
 con el juego de desamor.

Si, ahí no existía el amor,
era todo atracción, con un poco de orgullo
un poco de juego sucio
que te hacía quedar
para saber quién iba a ganar
ese tironeo,
ese "me voy" o "me quedo"
creado sólo para hacer dudar.



jueves, 8 de febrero de 2018

 Paralelos 

Capitulo 3

-¿Faltará mucho?-. Está manejando Van, yo voy a manejar a la vuelta, si es que volvemos o siquiera llegamos.
-Si Ala, falta un montón, dormite un rato si querés.- Es lo que voy a hacer.

Cierro los ojos, acomodo mis hombros, pongo el cuello en una posición cómoda y logro conciliar el sueño enseguida.
En mi cabeza suena The Scientist una y otra vez, ya estoy en calma.

Van frena la camioneta de golpe y eso me despierta al instante; ¿ya habremos llegado?.

-¿Que pasó?, ¿por qué frenaste así?-. Van no hace ningún ruido.-¡Van!-.

Algo me tira del brazo y bajo de la camioneta, ¿Qué pasó con la ruta?. No me siento igual, ¿acaso Van cambió de dirección?.

-¡Ala!, vení entra-. Es como llenar en segundos el vacío que había sentido en todas estas horas.
-¿Mamá?- no lo puedo creer, es ella y está acá, conmigo.
-¿Por qué tenes esa cara de sorprendida?- seguramente sea porque lo estoy.
-¿Van donde está? No me dijo nada de venir hacia acá; es más, estábamos yendo para el otro lado.-. 

Es como si otra realidad chocara de frente con la nuestra, el momento de estabilidad se rompe y no entendemos por qué o siquiera cómo, mucho menos el cuándo.

-¿Van? ¿yendo para el otro lado?, ¿que lado? Si viniste con nosotros del hospital.- Frunzo el ceño al instante, ¡no puede ser!.
-¿Con ustedes? Imposible.- Empiezo a buscar su camioneta al instante. -¿Venimos del hospital?.- Lo primero que pienso: ¿cuál será la razón por la que vengo de ahí?.

Empiezo a moverme, busco a Van en todos los rincones posibles, aunque este lugar ya lo he visto antes, esas palmeras y...ese perro...él, él hace que esto se sienta como si estuviera en un cuarto oscuro enorme, frío, solitario, desesperanzado y una luz pequeña desde su más mínima existencia emanara calor, compañía y un poquito aunque sea, de esperanza.

-¿Paco?- viene corriendo hacia mi, no lo puedo creer, es él, es mi perro, creí no volver a verlo jamás.
-Te extrañó, en realidad todos lo hicimos.- Mamá se acerca a mi. ¿Extrañarme? ¿acaso no notan todo lo diferente, todo lo raro que está pasando acá?.
-¿Extrañarme? ¿Por estar con Minerva anoche?-. Ahora mi madre frunce el ceño, creo que se ha perdido también, ¿acaso no sabrá nada?.
-¿Quién es Minerva Ala?, estuviste en el hospital por un ataque de ansiedad.- 

¿¿Qué??

Me empiezo a tocar las manos; ¿vieron alguna vez lo rápido que pasa la montaña rusa de andar despacio a estar llena de velocidad?, yo estoy sintiendo exactamente eso, siento como subo a la cima cada vez más y más rápido.
La respiración se vuelve más profunda pasado el tiempo, el pecho empieza a vibrar lentamente y mis manos no tiene control alguno; siento como si algo dentro mío me aplastara lentamente los pulmones y no estoy pudiendo respirar.

-¿Ala?-. Mi madre está preocupada, no entiendo cómo no sabe nada de esto, y ¿ataques de ansiedad? ¿desde cuándo?.

Todo se vuelve cada vez más borroso, mis ojos se cierran aunque yo esté intentando hacer lo contrario.
Empiezo a escuchar voces diciendo mi nombre una y otra vez, mientras mi cuerpo se desmorona hasta llegar al piso bruscamente.

-Ala, Ala.- Solo veo luces, rayos de luces pasando frente a mis ojos.
-Ala.- Toda esa luz desaparece hasta quedar en una oscuridad completa.
-¡Ala!.- Van me cincha del hombro, agitada, como si estuviera gritándome hace tiempo.

Yo estoy más agitada aún.

-¿Qué pasó?-. Se siente como volver al principio, del cual tampoco sabemos absolutamente nada.
-No sé, te dormiste y empezaste a agitarte.-

Entonces ¿era un sueño?, ¡mierda!

-Dale que ya llegamos Ala- no le respondo, ni siquiera me muevo, ella lo nota al instante- ¡Ala! ¿que te pasa?-. ¿Como voy a saber siquiera eso? ¿como puedo saber eso?.
-Nada nada, una pesadilla.- No sé cómo decirle.

El lugar al que llegamos está repleto de edificios, por ende repleto de personas, ¿como vamos a saber quien fue él/la que mandó el mensaje?.

El clima es perfecto, casi magistral, como si el sol y el viento hubieran acordado llevarse bien el día de hoy. El viento no era excesivo, se sentía una brisa especial y el sol no te penetraba la piel hasta quemarte los huesos, te abrazaba suavemente.

-¿Ustedes también?-. De repente la brisa desapareció y el sol entraba lenta y dolorosamente por todo mi cuerpo.

¡Esa voz! No no no no no ¡no!. Me tengo que dar vuelta, queriendo no ver el rostro que porta esa voz....y si, es él, de todas las posibilidades en este mundo, no entiendo por qué tiene que ser él.

-¿Te llegó el mensaje?- Van le habla al instante, yo no termino de entender, de mirarlo confundida.
-Si si- me mira a mi, como si no fuese la primera vez que nos miramos por un rato largo a lo ojos- Ala.- Inclina levemente la cabeza.
-Urso.- No puedo evitar levantar levemente las cejas, y él, él esboza una linda sonrisa. 

domingo, 4 de febrero de 2018


Era la tercera vez que me citaba a un encuentro completamente intelectual, yo no había aceptado las anteriores veces porque no me creía capaz de llevar una charla de tan alto nivel. Así que cuando me creí capaz de hacerlo, acepté.

-Creí jamás estar en esta situación con usted.-
-Yo preferí no creer nada.-
-Si, sé como es usted..-
-Por favor, no me trates de usted, uno ya está bastante viejo como para dichas formalidades, ¿no?.-
-Tiene.. tenes perdón, tenes razón.-
-Bien.-
-¿Comenzamos?-
-¿No lo hemos hecho ya?.-
-Bueno, es que no lo tome como algo intelectual.-
-Tal vez no, pero si dudoso y cuestionable, eso es lo rico de las charlas, todo es refutable, aunque no lo sea.-
-Todo no.-
-¿Ves? Todo.-

Me sirvió un té, nunca me gustó el café.  

domingo, 28 de enero de 2018

Paralelos

Capitulo 2


Es tan raro sentir la alarma y al mismo tiempo no saber dónde ni cuándo estoy; será porque el tiempo nos ha succionado como simples piezas de un reloj innecesario para tirarnos a la infinita oscuridad del desconocimiento.

Minerva duerme, yo me levanto y voy directo al baño, me ducho y al salir recuerdo estar antes con el pijama, ¿habré dejado alguna prenda al menos?. Salgo en toalla pero en el piso no hay nada, del lado derecho de la habitación hay otra puerta, es un closet, entro y lo próximo que logro descubrir es que todo es de mi talla, así que este lugar debe ser mío. Las preguntas aumentan como las flores en primavera y tengo que encontrar sus respuestas, Minerva debe de saber algo más que yo ¿no?.

-Minerva, Minerva- le sacudo los hombros, tiene el sueño pesado.
-Qué gorda, qué queres- se da vuelta.
-La ropa en el closet de quién es- estoy arrodillada mientras me da la espalda.
-¿Es joda? Tuya Ala, no me despiertes con boludeces.- ¿Mía? Entonces estaba en lo cierto.

Voy a cambiarme; cuando termino salgo de la habitación y dejo a Minerva dormir en paz; ¡es enorme!, ubico las escaleras y bajo. A la izquierda se encuentra la cocina, debería de tomar algún té al menos.
Al terminarlo salgo, ¡este lugar es cada vez más grande! Tiene que haber alguna parada por aquí, ¿estaré cerca de mi antigua casa?.

¿Se han preguntado por qué nos atrapará tanto la curiosidad? y es que en realidad es una pregunta que aún no se ha podido responder, al igual que mis preguntas en estas últimas horas, aunque lo bueno de ella es que me hace notar la presencia de un vehículo, agarro sus llaves de adentro de la casa. Esto se siente como si recuerdos inexplicables habitaran en lo más profundo de mi mente, no molestan pero ahí están, no puedo evitar notar que sí los siento dentro de mi, palpitan fuerte como el corazón cuando el cuerpo corre y corre.
Me vuelvo a concentrar y voy lo más rápido que puedo a encontrarme con Van, es lo único seguro ahora.
Salgo a las calles y noto algo conocido, todos los arboles juntos, flores por donde se vea y la línea delgada entre el ruido del tráfico y la calma de la playa; voy hacia la ruta para confirmarlo y si, ahí está, el cartel que dice Fortín de Santa Rosa.
Van no está muy lejos para ser verdad, llego en 15 minutos, la rambla de Atlantida es fácil de encontrar, por suerte.

Su casa también es muy linda aunque otra si recuerdo bien la anterior.

-¡Ala! Vení pasa-. Se ve diferente, como si fuera la misma pero al mismo tiempo no.
-Si..- no puedo dejar de mirarla, es todo tan raro.
-Estás cambiada y en..- sé lo que va a decir, no puedo evitar terminar la frase con ella.
-tan poco tiempo..- asiento con la cabeza -si, ya sé, vos también.- La miré tan profundo, buscando a esa amiga que había tenido desde niña y ahí estaba, igual de intrigada que yo, hasta se le podían ver destellos de miedo.
-Vamos adentro-. La sigo sin pensarlo.

Todo parece sentirse como en casa pero al verlo nada lo es.

-¿Un té?-. Me agarra distraída.
-No gracias, tomé antes de venir- esbozo una leve mueca de simpatía.

Gira y se queda mirándome, seria y pensativa, ¿hablará? ¿se dirá en algún momento lo que no se quiere escuchar?. Como poder hablar con tantas preguntas sin responder, como tener tal coraje.

-¿Estaremos muertas?- no se me había cruzado esa pregunta en ningún momento, en realidad soy muy escéptica para que eso pase.
-No lo creo Van- puedo ver en sus ojos ese deseo desvaneciéndose.- Igual tenemos que seguir averiguando.-
-Si, sobre eso..- su cuerpo al fin hizo movimientos- ayer después de hablar por teléfono contigo, aproveché y busqué en el mapa y la dirección que aparece es en Bella Vista.-
-¿Bella Vista, Maldonado?, no lo entiendo, ¿qué puede haber ahí?-
-Creo que vamos a tener que averiguarlo.-

No nos queda otra opción más que ir.

jueves, 25 de enero de 2018


Paralelos

Capitulo 1  


Pareció empezar desde la sien, pero luego se traslado al centro de mi cabeza y no pude evitarlo; el chillido no para, pego mis manos a mi cabeza no quiero abrir los ojos, el miedo por primera vez me paraliza.

-Alaia, Alaia- me toca el brazo, su voz es hermosa pero por qué está en mi cuarto.

Me rehúso a abrir los ojos, intento que me suelte, pero no lo hace, cómo confiar en ella.

-Alaia soy yo- ahora me sujeta con las dos manos, si me hubiera querido lastimar ya lo hubiera hecho ¿no?.
-¿eh?- el chillido desaparece, separo las manos de mi cabeza ella lleva sus manos a mis manos, cómo me puede calmar así de rápido alguien que no conozco.
-Podes abrir los ojos gorda-, Ahora si estoy perdida, preciso abrirlos no puedo seguir así de confundida.

Respiro profundo, mis labios están secos, los mojo y lentamente empiezo a abrir el ojo izquierdo, está todo bastante oscuro, aunque esos ojos verdes no se le escapan a nadie; abro ambos y allí está, es hermosa más que su voz inclusive. La miro, su nombre es Minerva y sé quien es, me acuerdo haberme derretido por ella cada vez que pasaba pero en realidad quién no.

-¿No me vas a hablar?-. No me ha soltado las manos ni un segundo.
-¿Qué?- por qué no puedo sacar mis ojos de los de ella no lo sé, parezco una idiota.

El celular suena, ¿será la casa de ella? Por primera vez empiezo a fijarme en el alrededor, es un cuarto muy grande, cómo habré llegado todavía no lo sé.

-¿No vas a contestar?-. Miro a mi derecha, está de mi lado, en la mesa de luz así que tiene que ser mi celular, solo que la última vez que lo usé no era ese, el mío apenas sonaba y su tamaño era mucho menor, ¿qué está pasando?.
-¿Si?-. En la pantalla decía Van, aunque con todos los cambios que he visto en los últimos diez minutos podría no ser la misma persona.
-¿Estás sola?- ¡es ella, es Van! , miro a Minerva ¿debo desconfiar?.
Todavía no lo entiendo así que me levanto para hablar a solas; voy directo al baño, cómo sé que allí está el baño aún no lo he deducido pero siento que ya estuve acá.

-¿Qué pasa?- cierro la puerta.
-¿No te sentís rara?- todo se vuelve cada vez mas confuso.
-¿Rara? Estaba durmiendo con Minerva hasta que un zumbido me despertó.- No había respirado en esa frase, estoy muy alterada.
-¿Vos también sentiste ese zumbido?- su voz se intensifica.
-Si fue horr..-
-¡Para! ¿¿¿Minerva???- yo ya ni estaba pensando en esa parte aunque si, era raro.
-¿Eh? Si si, no sé, todavía no entiendo nada.- suena enseguida un mensaje entrante.
-Espera que me llegó un mensaje Ala.- ¿A ella también? Y...¿al mismo tiempo?.
-A mi también, ahí vuelvo.- Dejo la llamada entrante y abro el mensaje:

Usted ha sido restablecido en el universo paralelo n°1d556, dirigirse mañana a primera hora a las coordenadas -34.80153, -55.36659

-¿Qué?- hablo sola sin dejar de mirar el celular, el número es bloqueado.
-Ala ¿estás? ¿Qué te llegó?...¡¡¡Ala!!!-.Vuelvo en sí, no puedo parar de pensar con claridad ¿universos paralelos? ¿cómo es eso siquiera posible?
-Te lo reenvío.- Estoy ida, no puedo concentrarme.
-Dale, yo también.-

Ahí me llega el mensaje y no lo puedo creer, es el mismo ¿esto es una broma?.

-Nos tenemos que juntar antes ¿podes venir ahora?-. Suena la puerta, es Minerva, debe de estar preocupada ¿no? , ¿sabrá algo?.
-Alaia, ¿estás bien?-. Tengo que pensar claramente pero no puedo, paso mis manos por mi cara, estresada, respiro profundo y le abro.
-¿Qué pasó?- no lo puedo creer, es hermosa, me quedo mirándola.
-¿Por qué me miras así?- frunzo el ceño, ¿cómo la estaba mirando?
-¿Eh?- parezco idiota, no entiendo absolutamente nada.
-¿Estás bien?-.¡Enfocate Alaia!
-Si, si.-
-¿Vamos a dormir?- supongo que es lo que hacía antes de todo esto, o no pero bueno, tendré que confiar hasta ver a Van; me acuesto y le envío un mensaje, suponiendo que ella también está reubicada:

Pasame tu ubicación así hablamos antes de ir allí.


Recibo su respuesta en cuestión de minutos.

-Dale Ala que es tarde.- Me abraza y se duerme, yo voy a hacer exactamente lo mismo.  

Ustedes se merecen mujeres
un respeto propio que las fortalecerá,
un amor profundo que nacerá de adentro suyo
y una confianza hermosa que emanará por sí sola,
por la simple razón de ser ustedes mismas.

Entenderán que pueden todo,
que su cuerpo es libre de ser guardado o liberado a su gusto
como su cabello de estar largo o muy corto,
que pueden usar polleras como pantalones
o ninguna de las dos.

Ustedes se merecen mujeres
esta utopía hecha realidad,
sin miedo ni verdad
que las haga parar
por el simple hecho de sentirse
traicionada en este mundo infiel.  

lunes, 22 de enero de 2018


Me impresionó el valor que preciso para subir una foto
comparado con el valor que tengo para defender la belleza femenina,
porque será que nuestra confianza se ha roto
si no hay nada más lindo que quererse a una misma.  

domingo, 21 de enero de 2018


Quien cree ser libre lo es,
quien quiere ser libre le falta
un poquito de entusiasta
pa dejar de querer y empezar a serlo,
sin excusa ni pretexto
sin ver como se pasa el tiempo,
por miedo a perder
la libertad que todavía no se tiene
por no ser valiente ni empezar a creer.

viernes, 19 de enero de 2018


 Era el principal espectador de como su palmera había crecido en todos estos años, era esa la razón para no dejar su casa; esa planta lo era todo, lo había visto crecer, caer, reír y llorar.
Estaba sentado allí desde hacía dos horas y nunca se había sentido tan pequeño, era como una mosca en la larga vida de esa hermosura, él sabía que se iría de esta vida pero que sin embargo esa palmera seguiría.
¿Saben lo lindo que es poder tener un portarretrato viviente? Despertarse y ver lo más lindo para uno mismo ahí, en tiempo real, al alcance del tacto. Él si lo sabía, pues la tenía ahí:



Y nacen ingratos porque no conocen la humildad,
también mueren solos por no conocer al amor;
quién dijo que era buena la humanidad
cuando está siempre llena de dolor .

miércoles, 17 de enero de 2018

La existencia


Lo único que me pregunté toda mi vida fue: ¿sabrán las personas lo mucho que valen?.
No por su dinero ni su poder, no por su arrogancia o sus mentiras, si no por ser capaces de luchar contra eso natural que se llama corrupción, y que a cualquiera le puede suceder.
¿Son realmente conscientes del poder que llevan en sus manos? O mejor dicho en su corazón.
Conocí a tanta gente triste por su existencia, ¿pueden creerlo? Triste por su maravillosa existencia. Eran seres de luz llenos de amor, aunque también llenos de dolor e inseguridades.
Eran extraordinarios, pero algunos se perdieron y dudaron tanto de la validez de su existencia que el estancamiento en sus vidas los consumió, los volvió rutinarios, trabajadores en lo que odiaban, casados sin sentir amor, y lo peor de todo, lidiando toda su vida con su intolerante existencia, SI, con intolerancia a su propia existencia.
Por eso, si existe alguien así y sé que si, piense, reflexione pero no en su contra ni negativamente; pongase en el centro de su universo interno y sane, cuidese, protegase y quierase. Mírese cada día, retoque lo que no está tan bien y disfrute lo lindo que le tocó, que existe, yo sé que si, todos tenemos esa virtud que brilla cuando estamos apagados, en un fondo oscuro.
Levantese y luche por usted, mírese al espejo, amese a usted mismo y permitase amar a los demás, !POR FAVOR!, hagalo, no se pierda de lo más lindo que tiene la vida: EL PLACER DE LA EXISTENCIA MISMA.

 Hablaba tanto de tantas cosas que jamás hubiera pensado en estar interesada, no se si era su personalidad o su lindo rostro, o el amor que compartía con ella. Era tan linda, tenía una energía que la rodeaba hasta en los rincones más oscuros de su cuerpo. Terminó de hablar, yo no la estaba escuchando porque la había estado contemplando todo ese tiempo, derritiéndome lentamente; “¿qué le digo?” pensé y sonreí. Ella se rió, había entendido todo pero no se enojó, otra razón más para amarla,
Con ella ahí era todo tan lindo, tan sereno; me había olvidado de como se sentía el amor, pero ella allí enfrente mío me lo hacia recordar cada segundo.
Aunque el amor es como la vida, todo lo que sube tiene que bajar, y yo caí tan fuerte que jamás me volví a recuperar, no volví a amar.



viernes, 12 de enero de 2018


-¡Vamos!- me dijo, y yo sin saber como reaccionar.
¿Saben que la mayoría de las personas hacen cosas que no quieren con la simple excusa de que es por amor? Así es, pero yo no, yo no soy así y no puedo ir contra mi propia voluntad. Le solté la mano, algo que tendría que haber hecho hacía ya mucho tiempo, pero que no me animaba.
-¿Qué haces?- no le contesté; la mire y lo entendió, todo eso que no había podido entender este último mes, que yo, no era para ella. Desde ese momento no nos hablamos más y aunque me hubiese gustado, nunca más la volví a ver.