Hablaba tanto de tantas cosas que jamás hubiera pensado en estar
interesada, no se si era su personalidad o su lindo rostro, o el amor
que compartía con ella. Era tan linda, tenía una energía que la
rodeaba hasta en los rincones más oscuros de su cuerpo. Terminó de
hablar, yo no la estaba escuchando porque la había estado contemplando todo ese
tiempo, derritiéndome lentamente; “¿qué le digo?” pensé y
sonreí. Ella se rió, había entendido todo pero no se enojó, otra
razón más para amarla,
Con ella ahí era todo tan lindo, tan sereno; me había olvidado de
como se sentía el amor, pero ella allí enfrente mío me lo hacia
recordar cada segundo.
Aunque el amor es como la vida, todo lo que sube tiene que bajar, y
yo caí tan fuerte que jamás me volví a recuperar, no volví a
amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario