-¡Vamos!- me dijo, y yo sin saber como
reaccionar.
¿Saben que la mayoría de las personas
hacen cosas que no quieren con la simple excusa de que es por amor?
Así es, pero yo no, yo no soy así y no puedo ir contra mi propia
voluntad. Le solté la mano, algo que tendría que haber hecho hacía
ya mucho tiempo, pero que no me animaba.
-¿Qué haces?- no le contesté; la
mire y lo entendió, todo eso que no había podido entender este
último mes, que yo, no era para ella. Desde ese momento no nos
hablamos más y aunque me hubiese gustado, nunca más la volví a
ver.
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