Era la tercera vez que me citaba a un
encuentro completamente intelectual, yo no había aceptado las
anteriores veces porque no me creía capaz de llevar una charla de
tan alto nivel. Así que cuando me creí capaz de hacerlo, acepté.
-Creí jamás estar en esta situación
con usted.-
-Yo preferí no creer nada.-
-Si, sé como es usted..-
-Por favor, no me trates de usted, uno
ya está bastante viejo como para dichas formalidades, ¿no?.-
-Tiene.. tenes perdón, tenes razón.-
-Bien.-
-¿Comenzamos?-
-¿No lo hemos hecho ya?.-
-Bueno, es que no lo tome como algo
intelectual.-
-Tal vez no, pero si dudoso y
cuestionable, eso es lo rico de las charlas, todo es refutable,
aunque no lo sea.-
-Todo no.-
-¿Ves? Todo.-
Me sirvió un té, nunca me gustó el
café.
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