Lo único que me pregunté toda mi vida
fue: ¿sabrán las personas lo mucho que valen?.
No por su dinero ni su poder, no por su
arrogancia o sus mentiras, si no por ser capaces de luchar contra eso
natural que se llama corrupción, y que a cualquiera le puede
suceder.
¿Son realmente conscientes del poder
que llevan en sus manos? O mejor dicho en su corazón.
Conocí a tanta gente triste por su
existencia, ¿pueden creerlo? Triste por su maravillosa existencia.
Eran seres de luz llenos de amor, aunque también llenos de dolor e
inseguridades.
Eran extraordinarios, pero algunos se
perdieron y dudaron tanto de la validez de su existencia que el
estancamiento en sus vidas los consumió, los volvió rutinarios,
trabajadores en lo que odiaban, casados sin sentir amor, y lo peor de
todo, lidiando toda su vida con su intolerante existencia, SI, con
intolerancia a su propia existencia.
Por eso, si existe alguien así y sé
que si, piense, reflexione pero no en su contra ni negativamente;
pongase en el centro de su universo interno y sane, cuidese,
protegase y quierase. Mírese cada día, retoque lo que no está tan
bien y disfrute lo lindo que le tocó, que existe, yo sé que si,
todos tenemos esa virtud que brilla cuando estamos apagados, en un
fondo oscuro.
Levantese y luche por usted, mírese al
espejo, amese a usted mismo y permitase amar a los demás, !POR
FAVOR!, hagalo, no se pierda de lo más lindo que tiene la vida: EL
PLACER DE LA EXISTENCIA MISMA.
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