Sí el sol saliera con la condición diaria de que en su descanso la luna siempre estará, ésta costumbre ya se vería obligatoria, y no seria tan placentera.
El amor casi que es parecido es estar sin ninguna condición, ni demanda. Eso supone libre elección, puede ser elección a parar, a moverse o un poco de ambas.
Cuando los dos eligen lo mismo, o lo más parecido posible, el camino se facilita, no hay que ceder mucho.
¿Pero si pasara todo lo contrario?
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